Deja de depender de los demás para validar tu trabajo

Por: M. Psic. C.C. Carlos Salinas G.

Por: M. Psic. C.C. Carlos Salinas G.

En el trabajo, los logros, el reconocimiento y el crecimiento profesional pueden ser una fuente importante de confianza y bienestar. Sin embargo, los entornos laborales también están llenos de dinámicas que fomentan la inseguridad: expectativas poco claras, falta de retroalimentación, comparaciones con colegas, y la ilusión de éxito constante que proyectan las redes sociales. Estas experiencias diarias nos llevan fácilmente a buscar validación externa, lo que a largo plazo puede dañar nuestra autoestima y nublar nuestro juicio.

Es natural querer ser reconocido y valorado, pero depender únicamente de los demás para reforzar nuestro valor personal es una estrategia insostenible. La aprobación externa es efímera, y perseguirla nos puede llevar a sacrificar nuestra autenticidad y valores. Para romper este ciclo y cultivar una autoestima sólida, es esencial desarrollar una validación interna: un sentido de autovalor independiente de las opiniones fluctuantes de los demás.

Aquí te presento cuatro estrategias clave para construir una base sólida de confianza interna y mantener tu seguridad en ambientes laborales desafiantes.

1. Reconoce que la inseguridad no es un defecto personal

Sentir inseguridad no significa que tengas una falla personal. De hecho, muchas veces es una reacción racional a las señales que recibimos de nuestro entorno laboral y social. Por ejemplo, las mujeres suelen ser etiquetadas como “víctimas del síndrome del impostor”, pero esta sensación de insuficiencia a menudo tiene su origen en prejuicios y exclusión sistémica, más que en deficiencias individuales.

Cuando juzgamos nuestras inseguridades como fallas personales, intensificamos los sentimientos negativos y buscamos aún más aprobación externa, cayendo en un ciclo de dependencia emocional. En lugar de eso, acepta tus sentimientos como una respuesta normal a las presiones del entorno. Reconoce que es natural querer retroalimentación de tu jefe o sentir la necesidad de pertenencia, pero cambia el diálogo interno a algo más compasivo. Por ejemplo: “Quiero dar lo mejor de mí, así que es normal que desee más claridad sobre mis objetivos.”

La inseguridad no es algo que debas combatir solo; muchas veces es el resultado de factores externos como nuestras experiencias de crianza, la cultura laboral o las expectativas sociales. Reconocerlo puede ayudarte a evitar la autocrítica innecesaria y a concentrarte en soluciones prácticas.

2. Enfócate en tus fortalezas

Nuestra cultura suele enfocarse en arreglar nuestras debilidades, pero centrarse en las fortalezas es una forma más efectiva de aumentar la confianza y el desempeño. La investigación muestra que trabajar desde nuestras habilidades innatas y competencias desarrolladas mejora el bienestar, fomenta la innovación y potencia el rendimiento.

Sin embargo, muchas veces pasamos por alto nuestras fortalezas porque son tan naturales que no les damos importancia. Para identificarlas, busca retroalimentación de personas de confianza en tu entorno profesional. Pregúntales:

             ¿Qué habilidades o cualidades asocias conmigo cuando estoy en mi mejor momento?

             Si tuvieras que describirme a alguien más, ¿qué destacarías como mis puntos fuertes?

             ¿Qué valor aporto al equipo que podría estar subestimando?

Anota sus respuestas y comienza a llevar un registro de tus fortalezas y logros. Incluye también comentarios positivos que recibas en el trabajo. Cuando te sientas inseguro o empieces a dudar de tus habilidades, revisa este archivo para recordarte tus contribuciones y tu valor.

Esto no significa que debas evitar desarrollar nuevas habilidades o salir de tu zona de confort. Enfocarte en tus fortalezas es simplemente un camino más rápido y gratificante hacia el éxito, ayudándote a superar la tendencia a concentrarte en lo negativo.

3. Redefine el éxito bajo tus propios términos

Muchas personas heredan inconscientemente una definición de éxito basada en las expectativas de sus padres, la sociedad o el entorno laboral, donde se valora la acumulación de logros, las métricas externas y los ascensos. Esto puede llevarnos a perseguir metas que no están alineadas con nuestros valores personales, creando insatisfacción y dependencia de la aprobación ajena.

Para redefinir el éxito, reflexiona sobre las áreas importantes de tu vida, como tus relaciones personales, carrera, salud y contribución a la comunidad. Pregúntate:

             ¿Qué valores quiero que guíen mi vida?

             ¿Qué logros me harían sentir orgulloso y realizado en 10 o 20 años?

Establece objetivos específicos y alcanzables para cada área. Por ejemplo, si valoras más el equilibrio entre el trabajo y la vida personal que un título prestigioso, puedes decidir dedicar más tiempo a tu familia o priorizar proyectos significativos sobre los más notorios en el trabajo.

Desafiar las expectativas sociales y profesionales puede ser un proceso difícil, pero es esencial para garantizar que tu definición de éxito sea auténtica y satisfactoria.

4. Cultiva relaciones que te apoyen

Las relaciones laborales tienen un impacto profundo en nuestra autoestima y bienestar. Las conexiones positivas nos ayudan a manejar el estrés y la ansiedad, mientras que las relaciones tóxicas pueden minar nuestra confianza.

Reflexiona sobre tus relaciones laborales y pregúntate:

             ¿Me siento valorado y apoyado por esta persona?

             ¿Cómo me siento después de interactuar con ellos? ¿Energizado o agotado?

             ¿Fomentan mi crecimiento o me limitan?

Una vez que hayas identificado las relaciones que te fortalecen, invierte en ellas y busca oportunidades para fortalecer esos vínculos. Por otro lado, minimiza el contacto con colegas o jefes que dañen tu autoestima. Si no puedes cambiar la naturaleza de una relación laboral tóxica, considera si un cambio de entorno sería lo mejor para tu bienestar.

Las relaciones positivas no solo mejoran nuestra satisfacción laboral, sino que también nos ayudan a enfrentar desafíos con mayor resiliencia.

Conclusión

Los entornos laborales siempre tendrán elementos que generan inseguridad: jefes difíciles, favoritismos, falta de reconocimiento y comunicación ineficaz. Sin embargo, estos factores no tienen por qué definir tu autoconfianza. Al reconocer que la inseguridad no es una falla personal, enfocarte en tus fortalezas, redefinir el éxito según tus valores y construir relaciones de apoyo, puedes desarrollar una autoestima sólida e independiente.

El camino hacia la validación interna no es fácil, pero es una inversión invaluable en tu bienestar, autenticidad y crecimiento profesional. Deja de depender de los demás para validar tu trabajo y empieza a construir una confianza que venga desde dentro.

 

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