El Miedo y su Impacto en la Vida Humana: Una Mirada desde la Psicoterapia Contextual y la Filosofía de John O’Donohue

M. Psic. C.C. Carlos Salinas G.
M. Psic. C.C. Carlos Salinas G.

Por: M. Psic. C.C. Carlos Salinas G.

El miedo es una de las emociones más primitivas y fundamentales de la experiencia humana. A lo largo de nuestra evolución, ha funcionado como un sistema de alarma, permitiéndonos anticipar peligros y asegurar nuestra supervivencia. Sin embargo, en la vida contemporánea, el miedo ha evolucionado más allá de su función adaptativa, convirtiéndose en una fuerza que a menudo nos paraliza, nos desconecta de nuestros valores y limita nuestra capacidad de vivir plenamente.

Desde la perspectiva de la psicoterapia contextual-funcional, el miedo no es algo que deba eliminarse, sino una emoción con la que podemos trabajar de manera más efectiva. Su impacto depende no solo de su intensidad, sino del significado que le otorgamos y de cómo nos relacionamos con él. En este sentido, la obra de John O’Donohue—poeta, filósofo y teólogo irlandés—nos ofrece una perspectiva que complementa la visión terapéutica, al invitarnos a explorar el miedo no como un enemigo, sino como una puerta hacia una comprensión más profunda de nuestra existencia.

En este artículo, exploraré el miedo desde una mirada integradora: cómo se manifiesta en la vida cotidiana, cómo influye en nuestra relación con el cambio y la incertidumbre, y de qué manera podemos transformar nuestra relación con él a través de la aceptación, la belleza y la espiritualidad.

El Miedo como una Experiencia Relacional

Desde una mirada contextual-funcional, el miedo no es solo una emoción interna, sino una experiencia relacional. No surge en el vacío, sino en interacción con nuestro entorno, nuestras historias de aprendizaje y nuestras relaciones con los demás.

John O’Donohue
John O’Donohue

O’Donohue describe el miedo como una fuerza que nos encierra en “habitaciones pequeñas” dentro de nosotros mismos. Desde una perspectiva terapéutica, esto tiene sentido: cuando el miedo nos domina, nuestra perspectiva se vuelve rígida y reducida. Nos desconectamos de nuestras posibilidades y nos quedamos atrapados en patrones de evitación, posponiendo decisiones importantes o restringiendo nuestra vida a lo que nos resulta seguro y predecible.

La evitación experiencial, un concepto clave en la terapia de aceptación y compromiso (ACT), nos dice que cuanto más luchamos contra el miedo, más nos controlará. En palabras de O’Donohue:

“El miedo nos hace olvidar que estamos destinados a la inmensidad.”

Aquí radica el desafío: ¿cómo podemos aprender a sentir miedo sin que este nos impida vivir en coherencia con nuestros valores?

El Miedo y la Incertidumbre: Aprender a Habitar el Umbral

Uno de los aspectos más desafiantes del miedo es su vínculo con la incertidumbre. Nuestro cerebro está diseñado para predecir y controlar, por lo que la incertidumbre se percibe muchas veces como una amenaza. Sin embargo, la vida es inherentemente incierta, y evitar esta realidad solo aumenta nuestro sufrimiento.

O’Donohue habla del miedo al cambio como un miedo a cruzar umbrales. En To Bless the Space Between Us, nos invita a ver estos momentos no como obstáculos, sino como oportunidades para la transformación:

“Cuando te encuentras en el umbral de lo desconocido, en lugar de retroceder, intenta imaginarlo como una puerta hacia un nuevo paisaje de ser.”

Desde la psicoterapia contextual, esta idea resuena con la flexibilidad psicológica, la capacidad de permanecer abierto a la experiencia sin necesidad de reaccionar impulsivamente ante ella. Cuando vemos la incertidumbre como un territorio por explorar en lugar de un enemigo a vencer, podemos actuar de manera más alineada con nuestros valores, en lugar de ser dominados por el miedo.

La Belleza como un Antídoto contra el Miedo

Una de las ideas más poderosas de O’Donohue es la noción de que la belleza tiene un impacto profundo en nuestra experiencia del miedo. Para él, la belleza no es solo estética, sino una forma de conexión con lo sagrado y lo trascendental.

Desde una perspectiva psicológica, podemos entender esto en términos de atención y regulación emocional. Cuando estamos atrapados en el miedo, nuestra atención se focaliza en la amenaza, lo que refuerza el estado de alarma en nuestro sistema nervioso. Pero cuando nos abrimos a la belleza—ya sea en la naturaleza, el arte o las relaciones humanas—desviamos la atención de la amenaza hacia lo que nos nutre y nos conecta.

O’Donohue escribe:

“La belleza es la luz silenciosa que nos devuelve a casa cuando nos hemos perdido en la oscuridad del miedo.”

En términos terapéuticos, esto implica que podemos utilizar experiencias de belleza como una estrategia para regular nuestra relación con el miedo. No significa ignorarlo, sino equilibrarlo con recordatorios de que la vida es más grande que nuestros temores momentáneos.

La Espiritualidad y la Aceptación del Miedo

Otro punto clave en la obra de O’Donohue es el papel de la espiritualidad en nuestra relación con el miedo. Desde su visión, el miedo se intensifica cuando nos sentimos desconectados de algo más grande que nosotros mismos.

En la terapia contextual, la aceptación es un principio central: no podemos controlar la presencia del miedo, pero sí podemos cambiar nuestra relación con él. La espiritualidad, entendida no solo en un sentido religioso, sino como una conexión profunda con la vida y sus misterios, nos ayuda a desarrollar esta aceptación.

O’Donohue lo expresa de esta manera:

“Cuando confías en la inmensidad de la existencia, el miedo pierde su poder. Ya no necesitas respuestas absolutas, porque aprendes a habitar el misterio con el corazón abierto.”

Desde una perspectiva terapéutica, esto nos recuerda que la vida no puede ser completamente controlada, pero sí puede ser vivida con una actitud de curiosidad y apertura. La práctica de la atención plena (mindfulness), la conexión con la naturaleza y la gratitud son herramientas que pueden ayudarnos a desarrollar esta capacidad.

Conclusión: Transformar el Miedo en Camino

El miedo es una emoción inevitable, pero no tiene por qué convertirse en el centro de nuestra vida. Desde la psicoterapia contextual, sabemos que la clave no es evitar el miedo, sino desarrollar una relación más sana

él: reconocerlo, permitirlo y seguir adelante a pesar de su presencia.

John O’Donohue nos ofrece una visión que complementa esta idea: el miedo es parte del viaje humano, pero también lo es la belleza, la espiritualidad y la inmensidad de la existencia. Si aprendemos a equilibrar nuestra relación con estas fuerzas, podemos vivir de manera más plena y significativa.

Como terapeuta, mi invitación es a preguntarnos:

   •          ¿Cómo puedo dejar de ver el miedo como un obstáculo y comenzar a verlo como una señal de que estoy avanzando?

   •          ¿Qué espacios de belleza puedo incorporar en mi vida para contrarrestar los efectos paralizantes del miedo?

   •          ¿Cómo puedo aceptar la incertidumbre sin que me impida actuar según mis valores?

Porque más allá del miedo, siempre hay un horizonte esperando ser descubierto.

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